jueves, 7 de mayo de 2009

Las calles necesitan más besos


En tiempos en los que la violencia es parte de nuestro cotidiano propongo una lucha pacífica y afectiva con la finalidad de volver a ser seres que viven para la sociedad. Nos acostumbramos a comer con guerras y sus escabrosas imágenes de atentados en mercados populares, desayunamos con periódicos y sus fotos detalle de accidentes viales y, mientras cenamos, la televisión, que sí educa, nos llena de programas dónde se insulta y se descalifica constantemente, incluso, en el peor de los casos, programas que narran y desarrollan falsas investigaciones de asesinatos, violaciones y secuestros.
La falta de moralidad se vuelve líder de audiencia y el morbo nos deshumaniza. Mientras, sin apenas darnos cuenta, teléfonos móviles, i-pod -o walkman- y personal computers nos alejan de la socialización, enajenándonos y aislándonos en nosotros mismos.
Por eso propongo un contraataque activo que nos permita disfrutar de la tecnología al mismo tiempo que recuperamos la condición de humanos. Propongo que nos besemos, pero que nos besemos en público. Demostremos, sí demostremos, que hay amor dentro de nosotros y besemos a nuestras parejas en la calle, en la cola del supermercado, en los ascensores llenos de gente. Maduremos y separemos de una vez afectividad y sexo para poder abrazar a nuestros familiares, pasear con amigos dados de la mano. Reservemos nuestra intimidad para quién y dónde corresponda pero demostremos afecto y cariño para con el prójimo. Contagiemos las calles de amor.
Así, tal vez podamos contraatacar tanta falta de respeto, tanto miedo, tanta violencia. Así, tal vez, volvamos a ser más humanos, más hermanos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo propongo ir más allá. Demostremos amor en nuestro centro de trabajo, en nuestro pueblo, en el autobús.... Amar a tu pareja, a tus hijos/as es, afortunadamente, bastante fácil, pero el amor al otro prójimo no lo es tanto. No hace falta besarnos pero sí amarnos. otro beso desde B.

closada dijo...

Yo ya estoy en ello, jejejeje. Beso a todo el Mundo que me encuentro. A veces un beso, a veces dos; a veces con un abrazo, aunque a veces no. Pero, siempre con una sonrisa, un contacto de cariño y, por dentro, un porrón de amor.

Y, con esa quillita que me vuelve loco, lo difícil es no besarla. Me da igual que sea la calle, en casa, en un bar... sus labios me llaman y no los puedo dejar de besar.

Sí, estoy contigo, las calles necesitan más besos, de esos que con un solo gesto revelan mil sentimientos.

¡Viva la revolución!