viernes, 8 de mayo de 2009

Bienvenidos

¡Estamos de Enhorabuena! Ya llegaron los higos Turcos, el vino patero, los primeros aires de otoño y la Gripe Nueva. ¡Al fin! Ya podemos volvernos locos, escandalizarnos y temer por la innombrable porcina que se ha detectado en un señor de provincias de la Pampa que volvió de México antes de que cerrasen los aeropuertos. 1 caso y las mascarillas proliferan. 1 caso y la prensa escribe renglones en mayúsculas y el gobierno y la ministra de sanidad hablan de la imprudencia del país centroamericano. 1 caso y ya nadie recuerda el dengue, que sigue siendo epidemia allá, en las tierras del norte, dónde los afectados se cuentan por cientos, dónde el gobierno sí tiene responsabilidades y dónde la mejor vacuna es una buena alimentación y condiciones básicas de higiene. Por más que nos olvidemos de ella no dejará de ser letal, la desnutrición, digo, y la miseria a la que se ven avocadas millones de personas antes de nacer.
La pobreza de espíritu de los gobiernos: esa es la peor epidemia.

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