Cuando se habla de territorios ocupados, o secuestrados, o robados o que no tienen derecho a decidir su propio futuro prefiero no comentar nada, porque ya dije una vez que este es un blog de viajes... y porque además ya se sabe que pensamos.
Así que os dejo que las conclusiones las saquéis vosotros, porque las razones son de peso.
Por cierto, la foto la saqué en una escuela primaria.
Hace tiempo que los Dunáticos emprendimos nuestro camino Argentino. Hace tiempo que partimos de una 9 de Julio bulliciosa y llena de milongas con sorpresas a cada esquina y nuevos retos y desafíos. Creímos que elegíamos un destino aunque no fue más que un comienzo del cual no sabíamos siquiera el rumbo. Apostamos a un todo o nada y prometimos que no miraríamos hacia atrás. Hace un poquito más de dos años que comenzamos a caminar. A veces corremos, a veces pedaleamos, a veces, incluso, llegamos a volar. Pero también ha habido tropezones, traspiés y socavones en el asfalto que parecían imposible de superar. Hay momentos que la tentación de convertirse en estatua de sal te agarra por los pies y paraliza sumergiéndote en el silencio del recuerdo y la añoranza.
Seguimos en plena ruta desierto a través. Volvemos a escribir, a dar señales de vida y a contar pequeñas hazañas y descubrimientos. Quizá con otro tono, quizá como siempre. Quizá más a menudo o quizá más de vez en cuando. no importa, volvemos a estar aquí.
