jueves, 24 de junio de 2010

Ekhi Gaua

Un pequeño fuego en una ciudad dormida, sirimiri y un homenaje al sol.
Allá era noche de Akelarre, acá comenzaba el invierno. Las costumbres se morían de ganas, las amarguras querían ser quemadas y las sonrisas se arrancaron en carcajadas. De pronto nos olvidamos del tiempo, del lugar, del entorno, de quiénes erámos. Y simplemente nos dejamos llevar.