lunes, 13 de octubre de 2008

Entre Artes


Amanecimos pronto, con la resaca de un ataque de nervios premonitorio y con una visita de urgencias a un médico bonachón y cariñoso. Dunático prefirió somatizar -para exteriorizar ya estaba Dunática incontrolada- y amaneció arrascándose compulsivamente el cuerpo salpicado por lunares rojos estilo andaluz. Llegamos con 20 minutos de retraso al Cras-Mendoça Clark, todos lo ayudantes nos esperaban ya dispuestos a convertir la Quadra en un auditorio tan digno como el Music Hall de Londres. La programación era variada, tres teatros, exposición de más de 300 dibujos, globoflexia para niños, pintura de caras y, por supuesto, roda de capoeira. Esperabamos a 450 niños (y sus padres) beneficiarios del proyecto Capoeira Na Comunidade, 200 de ellos protagonistas de las oficinas de Artes.

A las 13h estamos listos, todo en su sitio, increíble, un escenario precioso decorado íntegramente por algunos niños del barrio; todos los profesores corren a sus Polos para recoger a sus niños, el autobús, cedido por la Secretaria de Educación, pasará a buscarles de un momento a otro. Los dunáticos nos quedamos solos para recibir a los niños que venían a pie. Ensayamos el teatro, pintamos, despintamos y repintamos caras. Pasó el tiempo y sin forma de comunicarnos con los demás empezamos a impacientarnos. A las 15 horas decidimos hacer el teatro de los Tremembés en exclusiva para los que allí estaban, un éxito indudable, una escenografía excepcional. A las 16horas seguíamos sin tener noticias de nadie, a las 16 y 40 apareció el Contramestres arrastrando los pies y reteniendo la rabia a trompicones, explicando que el autobús no había sido enviado. Centenas de niños esperaron con sus trajes nuevos de capoeira durante tres horas para asistir a su fiesta... la Seduc les abandonó.

Los que allí estábamos contuvimos las lágrimas y mal conseguimos disimular la decepción, fingimos seguir de fiesta por los niños que allí estaban, cayó una lágrima por cada uno que no pudo venir.

Pero, hasta en las peores situaciones, el brasileño siempre se las arreglan para encontrar soluciones, y justo cuando la fiesta iba a acabar aparecieron de dentro de una furgoneta con el mismo fondo que el bolso de Mary Poppins, al rededor de 50 infantes, vestidos de riguroso blanco, repasando en alto los textos de teatro. En 15 minutos y con tres horas de retraso, Macyrajara estaba siendo representada. Catita empezó por el final, pero muy digna ella salió del apuro y brilló ante su madre que le sacó suficientes fotos como para hacer un stop motion del teatro.

Shion había comprado caramelos y bombones para todos, hicieron concursos y ganaron premios y muchos globos de colores, macrorroda de capoeria y sonrisas fingidas para los profesores que no pudieron llevar a sus niños... al final la fiesta acabó y algunos pudieron disfrutarla.

Contentos a medias llegamos a casa, dunatico lloró toda la noche, dunática cerró los ojos y deseó que mañana fuese sábado otra vez. Pero solo los burros andan hacia atrás, los cangrejos hacia el lado y las personas, como el tiempo, siempre hacia adelante.

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