miércoles, 30 de julio de 2008

Felicidad sin Prospecto

La sabiduría popular dice que una vida feliz cura muchas más enfermedades que los medicamentos habituales. En este recóndito lugar, el Sr. Araújo ya era conocedor de ello cuando estudió farmacia, así que con su título en la mano abrió una cadena de farmacias en el estado de Piauí, y de paso, anexó a sus laboratorios una heladería. Son varias, con una curiosa oficina entre ambos comercios para gestionarlos al mismo tiempo, porque helados y aspirinas no necesitan receta. Los sabores aquí nunca los había probado allí, son de frutas milagrosas, de sabor intenso y nutritivo, de açai, de bacuri, de cajá, de cajú,... frutas que no tienen traducción al castellano pero que cumplen la maravillosa función de curar lo que duele en el espíritu, como los abrazos de madre que espantaban las pesadillas, el sana sanita que curaba con su ranita, las cucharadas de agua con azúcar o tu mano cuando prende la mía al pasear entre la multitud. Sorbetes de refrescante felicidad sin prospecto, más económica que disoluciones cada 8 horas y con momentos de placer que recuerdan que la vida esta hecha, solo, de cosas pequeñas.


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