domingo, 10 de enero de 2010

Duna dunera

Estábamos sedientos de dunas así que encaminamos nuestros rumbos en busca de un paisaje que éramos incapaces de imaginar. Tan altas, tan grades, tan variadas... surcamos caminos de luna y desierto contrapuestos a repentinos pedazos de frondosa selva. Jugamos perdiendo la mirada en el horizonte a descubrir formas en piedras talladas por las aéreas manos de la lluvia escultora. Dudamos que aquello pudiese ser cierto, así que agradecimos soñar despiertos.






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