viernes, 21 de septiembre de 2012

Perlas de Lluvia



El árbol de mi vecino se ha puesto un collar de perlas. Se enojó con violencia ayer a la noche cuando el viento le contó que las mimosas ya habían florecido y que los ciruelos ya vestían frágiles vestidos de colores, adornos y colgantes. Los aromas que venían en los susurros de Eolo entristecieron al desnudo árbol que, con profunda rabia, lloró toda la noche.

Hoy por la mañana, en cambio, se despertó radiante. Estaba ansioso y apenas conseguía esperar a que el sol sobresaliese por encima del Piltri para, con los primeros rayos, sonreír en destellos de mil colores.

El árbol de mi vecino brilla en perlas de cristal. Lágrimas de lluvia con las que se ha tejido un collar para él también estar hermoso y atractivo en este baile de gala  que se prepara, ahora que dicen, de a poco, se acerca la primavera.





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