lunes, 24 de mayo de 2010

La Otra Mirada

Hemos visto tanto que los ojos piden descanso. Un horizonte infinito para dar tiempo a asimilar. La fragilidad de la memoria lucha, en la pequeña vivencia infantil, por asirse bien al recuerdo para no olvidar. Si llorase en este momento las lágrimas saldrían llenas de instantáneas de lo nunca visto aún fijado en la retina.

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