martes, 7 de julio de 2009

Terrorismo


Estamos en alerta sanitaria.
Esto significa que hay que eludir las reuniones masivas y extremar las medidas de higiene. Desde ayer quedaron suspendidas las clases en colegios, universidades y escuelas privadas (suspendidos de pago también los profesores autónomos e independientes y suspendidas de pago las madres que, al no tener con quién dejar a sus hijos tuvieron que pedir la baja). Desde hoy cerrados incluso los teatros.
las cifras de afectados saltan a los titulares (con varios miles de diferencia, nimiedades), y los ministros van y vienen (echándose la culpa unos a otros). La ciudad se paraliza y el terror a ser contagiado acaba con el stock de alcohol gel para lavarse constantemente las manos. Toser o estornudar en público parece delito y decir que todo esto es, por lo menos, extraño ( y exagerado) te convierte, automáticamente, en un terrorista sanitario.
Y será eso, que somos terroristas, o que simplemente nos sorprenden las extremas medidas de seguridad programadas a una semana vista (como si el virus fuese a esperar una semana para contagiar), nos sorprende que se prohiba a los niños ir a la escuela -y que pocos rechisten- pero que el estadio del Huracán estuviese abarrotado en la final de liga del domingo y que cuando el Vélez se alzó con la copa nadie dudase antes de abrazarse (bajo lluvia y sudor) a sus compañeros.
Se posponen inauguraciones, estrenos cinematográficos y exámenes. Los hospitales se abarrotan de enfermos e hipocondríacos (más de lo segundo que de lo primero) y el gobierno asegura que tiene stock suficiente de vacunas, compradas, curiosamente, a un laboratorio que, antes de la crisis epidemiológica, estaba a la baja.
Sinceramente, no tengo ni idea de cuan grave puede ser la denominada gripe A, lo realmente grave es que, la supuesta epidemia se silenciara durante la campaña electoral y que, ahora, los medios hagan abuso de poder y nos vuelvan a todos temerosos al contagio. Una vez más se antepusieron los intereses personales de los políticos a los del pueblo... Deberíamos preocuparnos más.

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