Viven en las villas lejos del centro, trabajan de aparcacoches, de vendedores ambulantes y de carteristas. Cuando no vuelven a casa se hospedan en los soportales de cines y teatros de la pequeña Broadway Latina y consumen paco (crack) o inhalan cola para olvidar la cantidad de años que les quedan de desgracia y miseria. Son los jóvenes que la sociedad repudia porque no trabajan y tiran su vida a la basura. Son los sin futuro del mañana. Los que engrosan las estadísticas que avergüenzan al gobierno y les hacemos sentir culpables por ello. Son los que asustan a las abuelas que agarran el bolso fuerte cuando se los cruzan en la vereda. Son los que también roban y a los que arrestan, aunque ellos solo se lleven pequeñas cantidades... Son escoria.
jueves, 28 de mayo de 2009
Escoria
jueves, 14 de mayo de 2009
Otoño
El otoño llegó sin avisar, con casi dos meses de retraso y con exigencias de lana e impermeables. Los pies se apretujan en los zapatos y te distraes en los escaparates de las aceras con sol. El cielo baja espeso e impone chubasqueros y katiuskas. La nostálgia se apoya en la ventana, con una taza de té, mientras gotas de crital adornan frágiles árboles desnudos.
viernes, 8 de mayo de 2009
Bienvenidos

La pobreza de espíritu de los gobiernos: esa es la peor epidemia.
jueves, 7 de mayo de 2009
Las calles necesitan más besos

En tiempos en los que la violencia es parte de nuestro cotidiano propongo una lucha pacífica y afectiva con la finalidad de volver a ser seres que viven para la sociedad. Nos acostumbramos a comer con guerras y sus escabrosas imágenes de atentados en mercados populares, desayunamos con periódicos y sus fotos detalle de accidentes viales y, mientras cenamos, la televisión, que sí educa, nos llena de programas dónde se insulta y se descalifica constantemente, incluso, en el peor de los casos, programas que narran y desarrollan falsas investigaciones de asesinatos, violaciones y secuestros.
La falta de moralidad se vuelve líder de audiencia y el morbo nos deshumaniza. Mientras, sin apenas darnos cuenta, teléfonos móviles, i-pod -o walkman- y personal computers nos alejan de la socialización, enajenándonos y aislándonos en nosotros mismos.
Por eso propongo un contraataque activo que nos permita disfrutar de la tecnología al mismo tiempo que recuperamos la condición de humanos. Propongo que nos besemos, pero que nos besemos en público. Demostremos, sí demostremos, que hay amor dentro de nosotros y besemos a nuestras parejas en la calle, en la cola del supermercado, en los ascensores llenos de gente. Maduremos y separemos de una vez afectividad y sexo para poder abrazar a nuestros familiares, pasear con amigos dados de la mano. Reservemos nuestra intimidad para quién y dónde corresponda pero demostremos afecto y cariño para con el prójimo. Contagiemos las calles de amor.
Así, tal vez podamos contraatacar tanta falta de respeto, tanto miedo, tanta violencia. Así, tal vez, volvamos a ser más humanos, más hermanos.
La falta de moralidad se vuelve líder de audiencia y el morbo nos deshumaniza. Mientras, sin apenas darnos cuenta, teléfonos móviles, i-pod -o walkman- y personal computers nos alejan de la socialización, enajenándonos y aislándonos en nosotros mismos.
Por eso propongo un contraataque activo que nos permita disfrutar de la tecnología al mismo tiempo que recuperamos la condición de humanos. Propongo que nos besemos, pero que nos besemos en público. Demostremos, sí demostremos, que hay amor dentro de nosotros y besemos a nuestras parejas en la calle, en la cola del supermercado, en los ascensores llenos de gente. Maduremos y separemos de una vez afectividad y sexo para poder abrazar a nuestros familiares, pasear con amigos dados de la mano. Reservemos nuestra intimidad para quién y dónde corresponda pero demostremos afecto y cariño para con el prójimo. Contagiemos las calles de amor.
Así, tal vez podamos contraatacar tanta falta de respeto, tanto miedo, tanta violencia. Así, tal vez, volvamos a ser más humanos, más hermanos.
viernes, 1 de mayo de 2009
Primero de Mayo

Perdida entre la gente, encontramos, sin embargo, una propuesta más interesante: la Neurona Anticapitalista, que requiere un poco de voluntad y esfuerzo por parte de todos y que, de ser aplicada, sería mucho más efectiva. Gente: dejemos de alzarnos en gritos y disturbios y alcémonos, de una vez por todas, en acciones. Acciones personales de forma de vida y de consumo. Salgamos a la calle un día al año para gritar consignas románticas y no pensemos que, por ello, ya estamos libres de pecado. Actuemos diariamente en consecuencia a lo que exigimos y, por supuesto, no compremos lo que no podemos pagar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)