
En este contexto todos encogemos las piernas sobre el sofá azul de la sala de estar de la pensión. La lluvia no pasa y Obama acaba de ganar las elecciones. Parece que todos han salido ganando y sonrisas se intercambian con comentarios y teorías políticas en varios idiomas. Esperanza para todos porque el primer presidente norteamericano negro prometió cambiar el mundo. !Ojalá! Pero no olvidemos que ni negro ni blanco son sinónimos de actitudes ni de políticas, no olvidemos que los cambios se hacen no se prometen y, tampoco olvidemos, que Condoleezza Rice también es negra.
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