
Rojo cartón piedra en los murales obreros. Manifestaciones y reclamos como soluciones a problemas fácilmente evitables. Reiteración de los hechos, saña y alevosía impune. Conciencia, humanidad y palabras que tocan cuando hablan. Historia, poca, porque solo la escriben los vencedores, pero latente porque acaban de empezar. Olvido y memoria en un vis a vis constante para el que no es necesario pedir cita, ni hora de llamada, ni santo, ni seña. Agua fría que escurre entre las piernas, hambre, libros, arte.